BENDICIÓN DE LAS CANDELAS. Hoy a las 20:00h
Hoy es la fiesta de la
Presentación del Señor. Cuarenta días
después de Navidad, Jesús fue conducido al Templo por María y José, y lo que
podía aparecer como cumplimiento de la ley mosaica era realmente su encuentro
con el pueblo creyente y gozoso, manifestándose como luz para alumbrar a las
naciones y gloria de su pueblo Israel.
Para cumplir
la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de
Jesús
Este acto de
obediencia a un rito legal, al que no estaban obligados ni Jesús ni María,
constituye una lección de humildad, como coronación de la meditación anual
sobre el gran misterio navideño, en el que el Hijo de Dios y su divina Madre se
nos presentan en el cuadro conmovedor y doloroso del pesebre, esto es, en la
extrema pobreza de los pobres, de los perseguidos, de los desterrados.
El encuentro
del Señor con Simeón y Ana en el Templo acentúa el aspecto sacrifical de la
celebración y la comunión personal de María con el sacrificio de Cristo, pues
cuarenta días después de su divina maternidad la profecía de Simeón le hace
vislumbrar las perspectivas de su sufrimiento: “Una espada te atravesará el
alma”: María, gracias a su íntima unión con la persona de Cristo, queda
asociada al sacrificio del Hijo. No maravilla, por tanto, que a la fiesta de
hoy se le haya dada en otro tiempo mucha importancia, tanto que el emperador
Justiniano decretó el 2 de febrero día festivo en todo el imperio de Oriente.
FIESTA DE SAN BLAS
(San Brais) Misa domingo a las 12:30.
Patrón de:
Enfermedades de la garganta y laringólogos.
San Blas fue
médico y obispo de Sebaste, Armenia. Hizo vida eremítica en una cueva del Monte
Argeus.
San Blas era
conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se
ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen
de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta.
Según una
leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no
le molestaban en su tiempo de oración.
Cuando la
persecución de Agrícola, gobernador de Cappadocia (actual Turquía), contra los cristianos llegó
a Sebaste, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena
en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la
cueva de San Blas. Allí encontraron a
San Blas en oración y lo arrestaron. Agrícola trató sin éxito de hacerle
apostatar. En la prisión, San Blas sanó a algunos prisioneros. Finalmente fue
echado a un lago. San Blas, parado en la superficie, invitaba a sus
perseguidores a caminar sobre las aguas y así demostrar el poder de sus dioses.
Pero se ahogaron. Cuando volvió a tierra fue torturado y decapitado.